El siguiente texto es una referencia sobre la patología indicada que no reemplaza la consulta médica con el dermatólogo pediatrico. Siempre debe consultar al profesional que sabrá orientarlo en el diagnóstico y tratamiento más adecuado para el paciente.

Dra. Fernanda Rolotti

Dermatóloga Pediátrica

Son infecciones en la piel o el cabello producidas por distintos hongos provenientes de diferentes medios. El humano puede entrar en contacto de manera directa o indirecta con los mismos y presentar riesgo de contagiarse. Los hongos están presentes en animales domésticos (gato, perro) o salvajes domesticados (conejos, erizos, cobayos, nutrias, etc), en la tierra o en la piel de otros humanos.

Dependiendo la zona del cuerpo afectada serán diferentes las formas clínicas. La más común es la tiña que compromete la piel caracterizada por lesiones circulares, rosadas, con borde más rojo, con o sin vesículas y centro claro. Generalmente aparecen en zonas expuestas al aire se la denomina tiña de la piel lampiña. Cuando afecta los pies se puede observar entre los dedos y por debajo de los mismo, una coloración rosada con descamación de la piel. Esta piel se desprende con facilidad, a esta forma se la conoce como tiña pedis o “pie de atleta”. El pliegue de la zona inguinal también puede verse comprometido, se presenta como una mancha rosada con centro parduzco, descamado y borde más rojizo. Por el rascado se pueden observar lesiones como escoriaciones y zonas de piel que parecen engrosadas (liquenificación). En esta localización se conoce como tiña cruris. En el cuero cabelludo se presenta como una lesión circular descamativa, con pérdida o corte irregular de cabello en la zona afectada. A veces, esta zona puede presentar inflamación importante que se visualiza como un bulto que supura en varios sectores. Esta afección se denomina tiña capitis, y su forma inflamatoria querion de Celso.

El diagnóstico es por la clínica apoyada en el estudio micológico de la lesión a través del raspado y obtención de una muestra para el estudio micológico, tanto directo como cultivo. El correcto diagnóstico permite instaurar un adecuado tratamiento y seguimiento de las lesiones.

El tratamiento se basa en el uso de antimicótico, local u oral según la extensión y localización de las lesiones.

Como medidas preventivas se recomienda buena higiene corporal, secado cuidadoso de los pliegues, en especial entre los dedos de los pies, el uso de ojotas en baños públicos y no compartir calzado ni elementos de higiene personal como toallas. Para la prevención de lesiones originadas por hongos presentes en los animales se debe realizar control periódico de los animales domésticos, observar si al animal le falta pelo o tiene alguna lesión descamativa y concurrir al veterinario.