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Impetigo
Dra. Laura Trupia

Dermatóloga Pediátrica

 

 

El impétigo es la infección superficial bacteriana de piel más frecuente en los niños. De carácter benigno y altamente transmisible. Puede presentarse en 2 formas clínicas, el impétigo costroso y el ampollar. Cura sin dejar cicatriz.

El impétigo costroso, causado por Streptococcus pyogenes y Staphylococcus aureus, es el más habitual de observar. Se presenta principalmente en verano y principios del otoño, prevalece en poblaciones pre-escolares. Es altamente contagioso, ya sea por contacto directo y a través de fómites. Sin tratamiento puede evolucionar en forma lenta y progresiva, presentando lesiones que curan espontáneamente, especialmente en niños con buena higiene personal. Pero si la infección progresa hacia la dermis puede dar lugar a complicaciones supurativas cutáneas como ectima, celulitis y linfadenitis; o complicaciones extracutáneas como artritis séptica, osteomielitis, neumonía o septicemia. También pueden presentarse infecciones no supurativas como el eritema nudoso o glomerulonefritis. El Impetigo costroso suele iniciar en cara y extremidades, esas lesiones evolucionan desde el eritema o pápulo-eritema inicial hasta la vésico-ampolla o pústula de existencia fugaz, con la ruptura y liberación  de un líquido amarillo y opaco que forma una costra color miel (costra melicérica) rodeada de un anillo eritematoso. Se acompaña casi siempre de adenopatías regionales.

Impétigo ampollar, causado por Staphylococcus aureus se presenta con ampollas flácidas de 0.5 a 3 cm, con contenido claro que rápidamente se enturbia. Localizadas en sitios de roce, cuello, axilas y región génitocrural, desde donde pueden generalizarse. Estas ampollas se rompen fácilmente liberando un contenido turbio o purulento que se seca rápidamente, dejando una superficie erosiva brillosa pero no costrosa, con un collar de escamas circundante que señala la zona más periférica de la ampolla y sin adenopatías regionales a diferencia del impétigo costroso.

El diagnóstico es clínico. Se requiere estudio bacteriológico ante presentaciones atípicas o con pobre respuesta al tratamiento. Dentro de los diagnósticos diferenciales encontramos: candidiasis, dermatitis de contacto, varicela, dermatofitosis, luspus eritematoso discoide, eritema polimorfo ampollar,dermatitis atópica, herpes simple, escabiosis y pénfigo vulgar.

Las opciones de tratamiento ambulatorio del impétigo sin complicaciones y con menos de cinco lesiones localizadas en un sector del cuerpo son los antibióticos tópicos como mupirocina (ungüento 2%, tres veces al día durante 5-7 días) o ácido fusídico (2%, ungüento o crema, tres veces por día, durante 5-7 días). En cambio, sí se presenta un cuadro de mayor compromiso dado por la presencia de más de cinco lesiones o formas complicadas, se sugiere el tratamiento antibiótico vía oral. El mismo se realizará con cefalexina (100 mg/kg/día cada 6/8hs durante 7-10 días), otras opciones son la eritromicina o amoxicilina-clavulanato. Tener presente ante la sospecha de una infección por SAMR la indicación de trimetroprima-sulfametoxazol (TMS) como primer antibiótico. Siempre acompañar el tratamiento antibiótico con la higiene de las lesiones.

Bibliografía:

1-Valderrama-Beltrán S, Gualtero S, Álvarez-Moreno C, et al. Risk factors associated with methicillin-resistant Staphylococcus aureus skin and soft tissue infections in hospitalized patients in Colombia. Int J Infect Dis. 2019; 87:60-66. doi:10.1016/j.ijid.2019.07.007

2-Heal C, Gorges H, van Driel ML, et al. Antibiotic stewardship in skin infections: a cross-sectional analysis of early-career GP’s management of impetigo. BMJ Open. 2019;9(10):e031527. Published 2019 Oct 28. doi:10.1136/bmjopen-2019-031527

 

TIPS

 

CLÍNICA: costras melicéricas o vésico-ampollas. Única o múltiples de localización epidérmica.

LOCALIZACIÓN: cualquier lugar de la piel, generalmente zonas expuestas del cuerpo.

EDAD: frecuente en menores de 7 años y en época de verano o principio de otoño.

EVOLUCIÓN : buena evolución si es acompañado de pautas de higiene y tratamiento antibiótico. Los casos recurrentes requieren tratamiento descolonizante.

 

Comité Revisor: Dra. Romina Andrada, Dra. Cecilia Mazas, Dra. Claudia Montaño, especialistas en Dermatología Pediátrica.
Agosto 2020