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Alopecia areata
El siguiente texto es una referencia sobre la patología indicada que no reemplaza la consulta médica con el dermatólogo pediatrico. Siempre debe consultar al profesional que sabrá orientarlo en el diagnóstico y tratamiento más adecuado para el paciente.

 

Dra Georgina Sciancalepore

Dermatóloga Pediátrica

 

 

Es la caída de pelo en una zona delimitada del cuerpo. Lo más frecuente es que ocurra en el cuero cabelludo, pero puede afectar otras partes del cuerpo como las cejas, pestañas o generalizarse atodos los pelos del cuerpo, incluida la zona genital.

En la población pediátrica es muy común que esto ocurra como respuesta a una situación de estrés emocional como mudanza, separación de padres, cambio de colegio, fallecimiento de un familiar o cualquier episodio que sea vivido por el niño con mucha angustia.

Este estrés desencadena un proceso inflamatorio perifolicular que lleva a la caída prematura del cabello.

Es necesario diferenciar la alopecia areata de otras causas de alopecia como los hongos en cuero cabelludo o los arranques de pelo traumáticos como el hábito de arrancarse el pelo ante situaciones de angustia y el uso de hebillas o gorras a tensión.

El diagnóstico es clínico, aunque generalmente se solicita análisis de sangre para descartar asociaciones con otras patologías autoinmunes como hipotiroidismo.

El pronóstico es variable, cerca del 90% de los casos tienen pocas zonas sin pelo en el cuero cabelludo. La extensión y el momento en que se realice la primera consulta podrían influir en el pronóstico.

En la actualidad, no existe tratamiento universal que garanticen la cura y el mantenimiento. El plan a seguir tendrá en cuenta la edad del paciente, la extensión de la patología y la patología previa, si la hubiere.

Dentro del tratamiento tener presente el impacto emocional para el paciente y su familia, pudiendo generar ansiedad, depresión y autoestima baja. No dejar de consultar por desencadenantes emocionales para poder orientar en una interconsulta psicológica.

 

TIPS

  • Zonas sin cabello, principalmente en la cabeza
  • Evaluar disparadores emocionales.
  • Comentar con el profesional antecedentes familiares de enfermedad autoinmune.
  • Consultar tempranamente permite tener mejores resultados.
  • Hablar con el niño sobre sus preocupaciones, aunque parezcan cosas insignificantes.
  • Pensar en la posibilidad de tratamientos cosméticos que mejoren la apariencia.
  • Tener presente el impacto emocional para el paciente y su familia.
  • Estar atento si se presentan cuadros de ansiedad, depresión y autoestima baja.

 

Comité Revisor: Dra. Romina Andrada, Dra. Cecilia Mazas, Dra. Claudia Montaño, especialistas en Dermatología Pediátrica.
Agosto 2020